LA ESTRATEGIA DEL CARACOL

Dirección y producción: Sergio Cabrera (Colombia, 1994)
Guión: Humberto Dorado, a partir de una historia de Sergio Cabrera y Ramón Jimeno
Reparto: Frank Ramírez (Romero), Fausto Cabrera (Don Jacinto), Sain Castro (Justo), Ernesto Malbran (Lázaro), Víctor Mallarino (Doctor Holguín), Luis Fernando Munera (Gustavo Calle), Humberto Dorado (Victor Honorio Mosquera), Florina Lemaire (Gabriel / Gabriela), Gustavo Angarita (Fray Luis), Vicky Hernández (Doña Eulalia), Edgardo Román (Juez Díaz).
Duración: 107 minutos.

Los habitantes de la Casa Uribe, un antiguo edificio del centro de Bogotá, están por ser desalojados. El propietario de la casa planea hacer con ella un gran negocio. Al gobierno no parece importarle el destino de los: el violento desalojo de una vecindad aledaña, le ha mostrado a los habitantes de  la  Casa Uribe  lo feas que se pueden poner las cosas. El tiempo corre, y parece que el fatal destino es inevitable. Pero gracias al ingenio de un tenaz abogado y un excéntrico anciano, los habitantes de la Casa Uribe vencerán a sus adversarios y aprenderán a luchar por su dignidad.

Los habitantes de la Casa Uribe deciden que no permitirán que los desalojen.  Esa casa es su hogar ahí han habitado toda su vida. Cada cuarto de aquella vieja casa es una vida y una historia diferente. Los habitantes son uno con la casa y viceversa.  Sin embargo, hasta que se ven amenazados por fuerzas externas que rebasan sus capacidades individuales, se unen para combatirlas y lograr un fin común.

Como en una perfecta nación comunista,  todos se reúnen, se organizan y ponen manos en la obra. Cada habitante se dispone a realizar el trabajo que le corresponde, aun si este requiere arriesgar el pellejo. Lentamente comienza trasladar pieza por pieza su casa a un terreno más seguro: si no los quieren ahí se irán pero se llevarán la casa a cuestas, como lo haría un caracol. Y aunque las adversidades y los peligros están presentes a lo largo de toda la opresión, al final pueden decirle a aquellos que los

Esta película es más bien una parodia de la perfecta sociedad comunista. Una sociedad donde el optimismo y  el ánimo creador son los motores principales que la mueven y la hacen vivir. Un comunismo sin radicalizaciones, ni burocracia, ni partidos, ni opresión. En fin, la utopía que América Latina buscó durante la segunda mitad del siglo XX.


Asimismo, la película es una reflexión sobre la importancia que para el hombre moderno tiene el hogar como centro de su vida. Aquellos que pierden su hogar quedan expuestos al medio, e indefensos ente sus inclemencias, buscan desesperados un pedazo de tierra para poder levantar aunque sea una choza. Tan sólo hay que ver a los mendigos a la media noche: acurrucados en cajas de cartón acaso sueño con el hogar perdido.