domingo, 10 de abril de 2011

Comentarios de los capítulos XIII y XIV

XIII. EL CENTRO CULTURAL ESTACIÓN INDIANILLAS: CREATIVIDAD CULTURAL PARA APOYAR EL DESARROLLO HUMANO EN UNA ZONA URABANA DEPRIMIDA

La apertura del Centro Cultural Estación Indianillas es otro ejemplo de los logros que puede alcanzar el espíritu creativo. Ubicado en la temida colonia Doctores, este espacio cultural se ha convertido rápidamente en un agente de cambio. En palabras de Isaac Masri: "el Centro Cultural Estación Indianilla ha tenido un impacto positivo en la reconstrucción social, urbana y económica de la colonia Doctores". (362).

Aunque el Centro de las Artes de San Agustín y el Centro Cultura Estación Indianillas comparten un campo y objetivo de trabajo similar como el grabado y la difusión cultural, presentan diferencias fundamentales. La más evidente es que el CCEI se encuentra inmerso en una gran zona urbana (una de las más pobladas y problemáticas del mundo) y responde a necesidades y situaciones diferentes que, entre otras cosas, no incluyen la esencial vinculación entre ecología y cultura del CASA. En mi opinión, pues, estos son los elementos peculiares del CCEI:

  • Concepto de experiencia cultural expandida basado en diferentes.
  • Esquema de financiación compartida entre entidades privadas y públicas.
  • Conservación del mobiliario y estructura del edificio para dar cuenta de su importancia en la historia de la ciudad.
  • Reutilización de los espacios originales del edificio.
  • Remodelación del espacio con el objeto de darle al lugar un aire de "belleza industrial".
  • La utilización de tecnología está más enfocada al apoyo del trabajo artístico que ahí se desarrolla.
  • La vida del centro parece suceder únicamente entre las paredes del edificio. 

Así pues, mientras el CASA pretende integrarse armoniosamente con el entorno natural que le rodea, el CCES es acaso un oasis cultural que pretende transformar el bosque de concreto que le rodea. En una ciudad con tantos problemas como habitantes, el aspecto ecológico parece ceder a necesidades de seguridad.    

La recuperación de espacios urbanos para la promoción proyectos culturales parece ser la opción más viable para trasformar el panorama una zona urbana marginal. Un centro cultural es más que un simple espacio para exponer propuestas artísticas; más que un lugar de reunión para conocedores y curiosos. La apertura de un centro cultural representa -creo- una oportunidad para dignificar el entorno que le rodea, y, en cierto grado, la vida de sus habitantes.

En el centro histórico de la Ciudad de Puebla hay muchos lugares que bien podrían ser recuperados para el desarrollo de proyectos culturales análogos al CASA y al CCEI.Y aunque ya existen algunos (la Galería de Arte Contemporáneo, el IMACP, el centro José Recék Sade...). No existe uno -hasta donde sé- que vincule ecología, ciudad y cultura.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

XIV. ESTADÍSTICAS BÁSICAS DE LA CULTURA EN MÉXICO.

Mark Twain señalaba la existencia de tres clases de mentiras: "la mentira, la maldita mentira y la estadística". En efecto, las estadísticas nos ofrecen las más de las veces fragmentos abstractos, grises, de una realidad en constante cambio. Ya sea por desconfianza en los números, o por que sabemos que en el mundo no existen las verdades absolutas, los datos estadísticos siempre nos causan cierta desconfianza. Sin embargo, en un mundo tan complejo y diverso como el nuestro, la información proporcionada por estadísticas de fuentes serias sea la forma más segura y práctica (tal vez la única) de acercarse al mundo real, y estudiarlo.

De estos lo datos presentados en este capítulo, producto del trabajo conjunto del SIC y del CONACULTA, me parecen interesantes los siguientes puntos:

-Los espacios culturales no están distribuidos de manera uniforme en el territorio nacional: hay, aproximadamente, una biblioteca por cada 15 mil habitantes, una librería por cada 79 mil habitantes, y un museo por cada 97 mil habitantes. La falta de espacios adecuados para la difusión de la lectura entre la población, es seguramente el obstáculo principal que ha impedido el éxito de las repetidas campañas de fomento a la lectura que, desde la época de Vasconcelos, ha implementado el Estado.

Por otro lado, la escasez de bibliotecas y librerías no parece ser el efecto de la falta de interés de la mayor parte del público mexicano por la lectura: las estadísticas muestran que, después de los cines, la librerías y las bibliotecas son los espacios culturales más frecuentados por los mexicanos. Sin embargo, creo que, como señala René Solís en el capítulo IX, el problema no está en cuantos libros leemos los mexicanos al año, si no en lo que escogemos, muchas veces sin una buena guía, para leer.  

-En México los espacios y facilidades (capacitación, difusión, recursos etc.) culturales siguen concentrándose en las grandes ciudades; incluso no somos pocos los que vemos con recelo (¿Provinciano?) el impulso cultural tan grande que, en comparación con ciudades de provincia, existe en el Distrito Federal. Si bien en el D.F y el área metropolitana se concentra casi el 20 % de la población del país, y más de la mitad de la población nacional vive en zonas urbanas, concuerdo con Lucina Jiménez (Cap. III) en que el centralismo es quizá el aspecto más negativo "que hoy figura como marca distintiva de la política cultural.  

Los jóvenes de entre 18 y 22 representan el sector de la sociedad más acude a las actividades culturales. De hecho la escolaridad y el nivel de ingresos son los factores principales que inciden en la participación en actividades artísticas. Sin embargo, pese a estas cifras, no existen políticas públicas que -como señala José Luis Paredes (Cap. V)- fomenten el florecimiento de las alternativas culturales, las cuales muchas veces son encabezadas por grupos juveniles para satisfacer demandas del público joven. 

-La televisión -como todos sabemos- continúa siendo el medio de comunicación con más penetración social. Casi la mitad del total de los encuestados reporta consumir entre dos y cuatro horas diarias de televisión. La población de 15 años o más es la mayor consumidora de productos televisivos; mientras que sólo uno de cada veinte mexicanos no tiene acceso a este medio.

No habría por que caer en el lugar común de alarmarse ante la cantidad de televisión que consumen los mexicanos, si la calidad del contenido de la televisión abierta no fuese tan mediocre -como han señalado varios autores a lo largo del libro (Monsiváis, Arizpe, Lozano)- , ni los mexicanos -como señala Monsiváis- estuviésemos "habituados a extraer de la televisión el repertorio legalizado de estímulos".     

-En lo referente al tema de las nuevas tecnología me parce que los datos presentado en este artículo ya son más que relativos en el 2011, pues el internet ha crecido a un ritmo aplastante año con año. Me atrevería a decir que el internet en poco tiempo se convertirá en el medio de acceso cultural más importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario